El uso de calzado inadecuado, como zapatillas de running, puede comprometer tu rendimiento y aumentar el riesgo de lesiones
Cuando se trata de hacer deporte, uno de los aspectos más importantes a considerar es el equipamiento, especialmente el calzado. Usar zapatillas de running para entrenamientos de fuerza puede ser un error que aumente el riesgo de lesiones. Este tipo de calzado está diseñado para absorber el impacto mientras corres, pero sus características no son adecuadas para ejercicios como levantamiento de pesas, sentadillas, peso muerto o prensas.
El problema radica en la elevada amortiguación y la suela gruesa de las zapatillas de running, que dificultan la correcta distribución del peso y la estabilidad, esenciales en un entrenamiento de fuerza. Esto no solo compromete el rendimiento, sino que también aumenta la probabilidad de sufrir una lesión.
Para entrenamientos de fuerza, lo ideal es optar por calzado especializado, como zapatillas de halterofilia o con suela plana, que proporcionen estabilidad, soporte y una buena transferencia de fuerza durante los ejercicios.
“La suela blanda de las zapatillas de running puede absorber parte de esta fuerza, haciendo que los levantamientos sean menos eficientes y reduciendo el rendimiento”, explica Carlos Rojo, experto en equipamiento y rendimiento deportivo.
Aunque no existe un calzado perfecto que funcione para todo el mundo, especialmente si se levantan pesos importantes, lo que sí está claro es que las zapatillas de running son una opción inadecuada para el entrenamiento de fuerza.