La historia del joven, en la India, es un relato de talento, pero también de abuso
Budhia Singh nació en 2002 en Bhubaneswar, India, dentro de una familia muy pobre. En 2004, tras la muerte de su padre, su madre se vio obligada a venderlo por 800 rupias (aproximadamente 15 dólares). Fue entonces cuando quedó bajo el cuidado de Biranchi Das, un entrenador de judo y administrador de un orfanato.
Biranchi descubrió el talento deportivo de Budhia Singh por casualidad. Un día, como castigo, lo hizo correr en un patio hasta que él le avisara. Biranchi se olvidó del niño, y al regresar cinco horas después, Budhia seguía corriendo. Fue en este momento en el que el tutor descubrió la capacidad extraordinaria para correr largas distancias que tenía el joven Budhia .
Bajo su tutela, participó en más de 48 maratones a una edad muy temprana, ganando fama internacional al completar una carrera de 65 kilómetros a los 4 años.
Sin embargo, la atención mediática y las preocupaciones por su bienestar llevaron al gobierno indio a intervenir. Tras un examen médico, se descubrió que el niño estaba desnutrido y con falta vitamínica. HBO documentó su vida en “Marathon Boy”, capturando sus logros y desafíos.